Con el reciente estreno de temporada de calor, y mis
merecidas vacaciones en el sur de Italia, me veo en la obligación moral de dar mi punto
de vista sobre las playas. Primero de todo decir que la playa no es santo de mi
devoción y los motivos los voy a intentar exponer a continuación.
Creo que la playa es un gran lugar para descansar, relajarte
y disfrutar de un rato de paz y tranquilidad cerca de la naturaleza, esto es la
parte teórica porque evidentemente cuando aparece la figura humana todo esto
desaparece.
La playa se convierte en un lugar del cual se escriben y se
pueden escribir cientos de libros, por la variedad de cosas que pasan en ella. Empezaría
por decir que es un lugar natural, donde los humanos nos empeñamos en destruir
su ecosistema con multitud de irregularidades y faltas de consideración con la
naturaleza.
El protector solar creo que es un problema a tener en cuenta
puesto que en su mayoría está formado por productos químicos que
individualmente seguro que respetan las leyes, pero si hacemos un coctel con más
de mil personas en el agua desprendiendo esos productos químicos en el agua que
ocurre, pues sencillamente que contaminamos el agua.
Otro tema que me preocupa y que es digno de estudio es el
agua de mar, cuando nos metemos en el agua asumimos que estamos entrando en un
lugar donde una de cada cinco personas se mea, cosa que es curiosa porque no
tenemos reparos en meternos e incluso en que la media siga alta.
Otro tema que llama mi atención es el apartado de animación,
o juegos infantiles. Tenemos un grupo al cual podríamos llamar, pequeños
arquitectos puesto que hacen verdaderas estructuras en la arena, desde
castillos de arena hasta el tema que me preocupa, barricadas, zanjas, o
trincheras por la profundidad de los agujeros. Este tema me preocupa
principalmente porque ya he visto accidentes en los cuales una persona va
despistada y tropieza con uno de estos agujeros, haciéndose bastante daño. Me
parece bien que los niños caben estos hoyos, pero al igual que los cavan podrían
cuando han acabado taparlos y no esperar que lo haga el agua de mar, que
seguramente tardará alguna hora en conseguirlo según la profundidad del
agujero.
Otro apartado dentro de juegos, es uno que me preocupa
especialmente, el de las pelotas, boomerangs, palas… Hay personas que tenemos un magnetismo
especial y atraemos a las pelotas, el tema es preocupante porque si se ponen delante
de ti a jugar con la pelota o las palas, hay un tanto por ciento considerable
de que la pelota te dé, con lo cual si llevas por ejemplo gafas de sol pueden
acabar rotas, y seguro que entonces el que te ha dado no te las va a pagar,
simplemente se quedará en un disculpa y listo, y eso no lo veo justo porque el
que la hace la debería pagar. Entonces como no va a tener dinero para pagar la
reparación, pues creo que no es justo que se juegue sin asumir una posible
responsabilidad.
Un tema también preocupante es el de la comida, el selecto y
cada vez más adulterado termino de “dominguero”, que se lleva la nevera, bebida
y comida para todo el día es un tema preocupante, principalmente porque en una
playa suele haber viento, con lo cual hay muchas posibilidades de que vuelen vasos
de plástico, servilletas, bolsas … Entiendo que se lleve bebida (no alcohólica)
para refrescarse, pero llevarse litros y litros de cerveza, para acabar
borracho sumado con el sol y dar la nota, o comida y dejar restos por todos
lados, este tema me preocupa.
No es más sencillo ir a la playa a tomar el sol y punto, y
dejar todos los demás temas para otros sitios, cierto es que sería todo más
aburrido, pero más cierto es que en todos los sitios donde el ser humano toma
parte, la cosa siempre acaba mal, por los excesos, porque somos destructivos
por naturaleza, y porque no nos merecemos todo lo que tenemos, porque solo
sabemos que destruirlo y maltratarlo.
Por todo ello, el enunciado de mi escrito es claro, playas sí,
pero sin personas que somos malos y sobramos puesto que solo sabemos darle
disgustos al ecosistema.
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