viernes, 17 de mayo de 2013

La saeta caducada


Recientemente se ha montado un buen circo entorno a Alfredo DiEstefano (la saeta rubia) desde que anunciara su boda con su novia 50 años menor.
Sobre el papel es absurdo o difícil pensar que allí hay amor o hay algo, pero esta parte del tema me trae sin cuidado, la parte morbosa, interesante y degradante es otra.
Los hijos recientemente han llevado a su padre para que lo declaren incapacitado para que de esta manera no pueda casarse, eso haría que Alfredo no pudiera hacer lo que tiene pensado y sus hijos se asegurarían que la herencia no se fuera a manos de “una ajena”.
Bien espero que el tribunal lo declare capacitado, puesto que una incapacidad no es fácil de obtener, y más en las condiciones que está Alfredo, ir en silla de ruedas no es un motivo para dicha incapacidad, entre otras cosas porque la que buscan los hijos es la mental, y una vez el juez dictamine que es capaz, espero que se vaya a un notario y se case, y a continuación desherede a todos sus hijos y solo les pertenezca la legitima. Soy muy visceral, que le vamos a hacer, pero sin lugar a dudas si me encontrara yo en esa situación es lo que haría. Me parece fatal que los hijos mientras “la chacha” ha estado a su lado, cuidándolo y haciéndole feliz no han tenido ningún problema, se lo han sacado de encima como se suele decir, pero ahora que quieren casarse, y eso conlleva que los hijos no se van a llevar una buena parte del pastel cuando muera, entonces saltan las alarmas. Señores es lo que hay, o acaso alguien se piensa que una persona de 36 años está con uno de 86 por su actividad sexual?. Creo que los hijos han demostrado claramente sus intenciones, y si Alfredo es capaz, yo los desplumaba por listos.
Por otro lado podemos entrar en la moralidad de aceptar esa boda, de si es justo, porque todos sabemos que las personas cuando llegan a una cierta edad pierden el norte y hacen tonterías, pero creo que si el dinero es suyo, si lo han ganado a lo largo de su vida, ellos pueden hacer lo que quieran con ese dinero, y lo hijos deberían quedarse al margen, aconsejar me parece bien, pero llevar a tu padre a que lo declaren medio lelo y asegurarte la fortuna me parece muy mezquino.
Y no me vale la papeleta de Alfonso Diez con la duquesa de Alba, porque renunciar a la herencia en vida para que los hijos acepten la boda, me parece otra burrada. Y más cuando la duquesa que no es tonta, ya se ha asegurado que le va a tocar a su viudo un buen trozo de pastel.
Desenmascaremos a los caraduras, es patética la imagen de Alfredo entrando a pasar un reconocimiento obligado por sus hijos, que horror de sociedad.

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