martes, 24 de agosto de 2010

Cuando ofrecer se convierte en acosar.

Desde hace unos meses la ley ha cambiado por lo que hace referencia a la compañía de telefonía. En teoría se ha endurecido para proteger al consumidor, pero a la hora de la verdad la cosa está igual o peor. De propia carne sufro el “acoso” de varias compañías telefónicas, pero la que se lleva la palma es Jazztel que me llama a la semana entre una y tres veces y a mí nadie me protege. Ayer fue el colmo del despropósito porque al mediodía (hora en la cual estaba haciendo una siesta después de un duro día de trabajo), llamaron para venderme alguno de sus productos, de muy mala leche les dije que me dejaran tranquilo que no quería nada de ellos. Lo curioso fue por la noche a las 21.55 horas, cuando recibí una llamada de un número familiar, eran los cabrones de Jazztel de nuevo, cogí el teléfono sabiendo ya quienes eran, y preguntaban por mi mujer porque en su día la línea estaba a su nombre cosa que ahora no lo está pero bueno, le pregunté de parte de quien era la llamada y el caradura tubo la jeta de decirme de Alfredo y se quedó tan ancho, a lo que le contesté Alfredo de Jazztel no?, el hombre me dijo que si, continúe por decirle que tenían mucha cara de llamarme otra vez después de hacerlo al medio día a lo que me contesto que la oferta era muy buena y que tenían que ofrecerla, le dije que ya me habían llamado y que si me iban a llamar cada uno de ellos y el tío con todo su morro me dijo que ante una oferta tan importante todas las llamadas eran necesarias a lo que ya no aguanté más y puse de vuelta y media a su madre, a su padre y a todo lo que se meneaba a lo que el retrasado mental seguía vacilando y disfrutando con mi mala leche. Mis conclusiones son claras, Jazztel puede que sea una buena compañía a la hora de ofrecer un servicio de internet, pero como empresa deja mucho que desear con sus malas artes y lo triste es que seguimos desprotegidos porque no tienes a donde denunciar estos actos y que se pueda hacer algo, porque si lo denuncias en la oficina del consumidor pasa tanto tiempo y gastas tanto dinero que mejor joderte y aguantar. Es la cruda realidad, estamos a expensas de que estas compañías te amarguen la existencia sin que puedas hacer nada de nada.

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