sábado, 28 de agosto de 2010

Las tradiciones continúan

Parece mentira como en tan poco tiempo, el F.C.Barcelona a manos del nuevo presidente Sandro Rosell, ha demostrado seguir siendo el mismo equipo de siempre al cual le venden jugadores a precio de oro y los vende a precio de saldo. Tradicionalmente esta cuestión siempre ha sido la misma, al igual que el Madrid es un club comprador de estrellas que las explota y las vende a precios interesantes, y el Barça el que compra promesas y las convierte en estrellas para venderlas a precios baratos. En esta última ocasión creo que a falta de números oficiales, comprar a Ibrahimovic por 55 millones más Eto’o que unos lo tasan en unos 25 millones más, aunque desde mi punto de vista es una osadía tasarlo en tal cantidad puesto que es un jugador que salía gratis al cabo de un año, así que podríamos decir que Ibra le costó al Barça 60 millones más o menos, y ahora se va al Milán en calidad de cedido con opción a compra que teóricamente están obligados a ejecutar por un montante de 24 millones. Creo que es evidente que el Barça ha vuelto a pecar de inocente y le han vuelto a tomar el pelo, al igual que con Mascherano que lo ha fichado por 22 millones más variables que se suelen cumplir fácilmente así que saldrá por 25 o 30 millones, teniendo en cuenta que la opción que querían era Cesc Fábregas, a lo que me pregunto, no era más lógico ficharlo este año aunque fuera por diez millones más y no fichar a un jugador que por muy bueno que sea, no era la opción deseada. Creo que las cosas se están haciendo un poco de mala manera, y que tenemos suerte de tener una plantilla muy sólida y que tiene equipo para mucho tiempo, porque creo que aunque la directiva puede hacer grandes cosas, en temas de fichajes están priorizando liberar de gastos fuertes las arcas del club, prueba de ello es quitarse de encima un “problema” y regalarlo durante una temporada al Milán, cosa que nunca entenderé porque por mucha ficha que se ahorren, lo estás regalando una temporada, para la siguiente dejarlo con el lazo. Lo mismo pasó con Ronaldinho, el cual era una obsesión de los mandatarios del Milán, que públicamente decían tener 100 millones preparados para ficharlo y al final se lo llevó por 20 millones. Mis conclusiones son claras, tenemos una gran plantilla, un gran entrenador, una gran entidad pero nos falta quitarnos el san Benito en temas de ventas y fichajes porque nos toman el pelo.

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