La Llagosta en verano, territorio peligroso

La verdad es que tenemos un pueblo bastante interesante, con mucha tranquilidad y acceso a casi cualquier cosa, una de las cosas a las que no podemos acceder es a internet a gran velocidad pero bueno ese es otro tema que hoy no toca. Resulta que en verano cada vez más familias de nuestro humilde pueblo, deciden pasarlas lejos del mismo y muchas de esas familias lo hacen porque no pueden soportar el cambio radical que experimenta nuestro pueblo. Cierto es que en todas las partes del planeta, cuando llegan las vacaciones se altera la vida cotidiana de cualquiera, pero en nuestro pueblo no es que se altere, directamente se vulnera. Año tras año, los parques se convierten en un territorio donde niñatos descontrolados hacen botellón y destrozan las botellas, poniendo en riesgo durante muchos días a perros y niños de recibir cortes porque evidentemente los de la limpieza actúan pero mal, los vecinos tienen que dormir de manera incorrecta por culpa de esas personas incívicas que deciden reunirse en los parques y elevar las risas y conversaciones a decibelios insoportables para muchos que queremos descansar. La gente con falta de movilidad, debe elaborar un recorrido porque muchas de nuestras calles son invadidas por las terrazas de los bares que creo que no son del todo legal ocupar los espacios que ocupan pero bueno, y hacen que nuestras estrechas calles se conviertan en prohibidas para carros con niños, sillas de ruedas y similares. Entiendo que tenemos que ser comprensivos y buenos samaritanos, pero también entiendo a los empresarios mosqueados porque el chiringuito del parque popular tiene mucha más clientela que los demás por ejemplo en noches como la de hoy que ponen una película estilo cine (Avatar), entiendo a los dueños de perros (como yo) que por las mañanas tenemos que llevar a nuestros perros por diferentes caminos para evitar los cristales, entiendo a las madres y padres que se mosquean cuando se tienen que desviar para evitar tener que pasar con sus carritos por zonas de bares, entiendo todas estas cosas y muchas más, pero a la vez entiendo cada vez más a aquellas familias que prefieren ir a sus segundas residencias (los que tengan la suerte) y dejen nuestro humilde y tranquilo pueblo transformado y vulnerado por unas personas que solo se miran el ombligo y no entienden que pese a que ellos estén de vacaciones, hay muchos otros que no lo están.