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domingo, 18 de julio de 2010
Cuando una huelga se convierte en una amenaza
Me parece indignante que los trabajadores del Metro de Madrid, se vayan a salir con la suya. Mientras España se hunde, y necesita recortar los gastos de los trabajadores, empezando por aquellos que trabajan para el estado para evitar la quiebra y los despidos masivos, los empleados del metro de Madrid, ejecutan una huelga salvaje durante varios días para evitar el recorte de sus salarios, y como resultado han conseguido que estos mismos se recorten solamente en un 1%, lo que supone una victoria para estos trabajadores, y que abre la veda para que muchos otros funcionarios que están viendo recortados sus salarios actúen de la misma manera y destrocen más aun nuestra maltrecha economía. Creo que es injusto que estas personas ejecuten estas huelgas por llamarlo de alguna manera cuando miles de personas se están quedando en la calle precisamente para poder mantener los sueldos de estos trabajadores que evidentemente se ganan el sueldo mes a mes y que a nadie le gusta que le toquen lo suyo, pero es cuestión de hermandad, de caridad humana para otros muchos que por no quitarles ese uno o dos por ciento, se están quedando en la calle. Creo que desde hace varios años, las huelgas ya no son lo que eran, y simplemente se mira por mejorar siempre, y a la que hay que hacer algún esfuerzo, se utiliza la “táctica Rajoy”, no, no y no. Creo que España es un territorio para darle de comer a parte, y en nuestra profunda crisis, los ciudadanos están consiguiendo hacerla más complicada con su poca humanidad. Estoy totalmente seguro que todos estos trabajadores que ahora se escudan en ser funcionarios y que su puesto y su sueldo no se puede tocar, que lo van a tener muy negro dentro de poco como ya pasó en su día con los trabajadores de Correos, y que por culpa de su poca solidaridad, dentro de poco tiempo sus trabajos van a ser puestos iguales a cualquier otro, sin privilegios ni ventajas. Suerte a todos aquellos funcionarios porque van a tener que pelear sus puestos más allá de aprobar las oposiciones. Suerte y que dios nos coja confesados.
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