Las terracitas del horror

Tener un piso en verano puede resultar ser una pesadilla. La tradición de las terrazas de veranos, se están convirtiendo en un mal sueño para muchos vecinos. A la problemática de tener justo debajo de tu piso un bar que de golpe y porrazo ponga una terraza y que hasta bien entrada la noche tenga permitido servir y tener ruido supuestamente moderado, hay que sumarle la ley antitabaco la cual apoyo al 200%, pero esta ley trae debajo del brazo un problemón, los fumadores ahora salen a la calle a fumar porque dentro no pueden, lo que supone un 75% más de humos que suben hacia arriba, y se meten en las viviendas, y aquí es donde creo que reside el problema, yo como propietario no tengo porque tener en mi domicilio peste de tabaco entre otras cosas porque soy antitabaco, entonces hasta donde llega mi derecho a vivir bien, porque no puedo tener las ventanas abiertas. Por un lado veo bien que existan las terrazas, le da alegría a las calles, quita un poco de hierro al tema más que recurrente de la crisis, porque evidentemente parece incompatible la posibilidad de tener una crisis galopante como la que tenemos y tener las terrazas llenas. Pero por el lado malo, creo que se vulneran muchas de las normas básicas de convivencia, primero si tienes un balcón con plantas, ya no puedes regarlas hasta que cierren el bar, con la cual cosa si la normativa dice que se puede regar a partir de las 22 horas, porque tengo que trasnochar para regar las plantas, por otro lado el 100% de los bares que ponen terraza fuera (contando que tengan los permisos pertinentes puesto que muchos de ellos no los tienen en regla, o sobrepasan lo permitido) aprovechan espacios reservados para los viandantes, es decir que ponen mesas en aceras estrechas lo que dificulta el paso de personas con perros, puesto que lo tienes que apartar porque hay gente que le da miedo, o hay perros que intentan pillar algo, y por otro lado y el más importante aquellas personas discapacitadas, no pueden pasar lo que hace que tenga que desviarse de su ruta, cosa que veo totalmente incomprensible y que deja claro que somos una raza miserable, porque el pensamiento de muchos de ellos es el siguiente “claro cómo se supone que por esa acera posiblemente pase un paralitico al mes o al año pues que le den por el saco”, me parece que es un razonamiento que más de uno usa y que deja claro que estamos aquí porque tiene que haber de todo. Sea como sea, en el cómputo global estoy en contra de las terrazas de verano, y todo lo expuesto, pese a que no lo sufro directamente, porque por suerte el bar que tengo abajo no puede poner mesas, pero sí que sufro los humos y eso que vivo en un tercero. Y dando otra vuelta de tuerca, creo que las terrazas, ya que influyen de forma negativa en las viviendas que se ven afectadas por los problemas derivados, deberían ser compensados de alguna manera, en modo de alquiler o similares y más teniendo en cuenta que el 100% de los bares, en verano ven multiplicado por mucho sus beneficios gracias a estas terrazas.