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jueves, 14 de julio de 2011
Yo no creo en la justicia
Me parece de risa las cosas que pasan en este país al igual que en muchos otros. El tema que me ocupa hoy es el de las estafas e injusticias. Creo que ser famoso en este país es rentable desde el punto de vista judicial, prueba de ello es que personas como Farruquito, Belén Esteban, Ortega Cano, Ana Torroja, Julián Muñoz, María José Campanario y muchos más, salen prácticamente limpios de mierda después de liarla de mala manera. Me gustaría detenerme en el caso de Farruquito, entre otras cosas porque ha sido uno de los más escandalosos y del cual no se ha creado demasiado revuelo después de lo acontecido. Una persona que atropella mortalmente a otra tras invadir el sentido contrario y doblando la velocidad adelantando a los coches parados porque tenía prisa, dejando sin atender a la víctima, llevando el coche a más de 200 kilómetros a reparar para evitar sospechas, incriminando a su hermano cuando dieron con el coche que ocasionó el incidente, conduciendo sin carnet de conducir, y para rematar la faena cuando la policía le muestra conversaciones telefónicas a causa de una investigación por tráfico de drogas, es allí donde farruquito confiesa, y gracias a esa confesión se libra de prisión o mejor dicho su pena es reducida considerablemente. Quedando su lotería de delitos en una pena de aproximadamente tres años de los cuales solo pasa 14 en prisión por ser un “preso ejemplar”. Es lamentable que esas cosas ocurran, que debe pensar la familia del fallecido, es una vergüenza. Otro caso sonado es el de Julián Muñoz, su lista de delitos es interminable, de hecho me parece que todavía no ha sido juzgado ni por la mitad de las penas que tiene impuestas. El resultado hasta ahora un par de años entre rejas, recordemos que gran parte de esa condena se lo ha pasado en enfermería y bajo tratamiento por problemas varios, que de manera milagrosa desaparecían cada vez que salía de prisión. Ahora mismo sigue imputado en decenas de casos, pero mientras tanto toma el sol en yates y vive a cuerpo de rey mientras más de cinco millones de españoles estamos en situaciones precarias. Otro sonado ha sido el de María José Campanario y compañía, la cual ha sido condenada por estafa a la seguridad social, a grandes rasgos podríamos resumir que la madre de la Campanario quería cobrar una pensión del estado de más del doble del salario medio español, estando esta poco necesitada por tener propiedades y dinero que muchos de nosotros no conseguiremos en diez vidas, pero esta gente es así, pues lo tronchante del caso es que ha sido condenada a 1 año y 11 meses de prisión, que curioso si tenemos en cuenta que si no tienes antecedentes y la condena es inferior a dos años no ingresas en prisión. Y así podríamos continuar con muchos más casos, mis conclusiones son claras, no creo en la justicia, no creo que las leyes, no creo en que ser bueno sea positivo, y creo que los famosos, los “caradura” y aquellos que están al margen de la ley viven muy bien, y todos ellos con un denominador común, mucho dinero. Hay un refrán que dice que “el dinero no da la felicidad” a la que los pobres añadimos la coletilla de “pero ayuda a conseguirla”. Cada día tengo más claro que el dinero no da la felicidad, pero te ayuda a vivir de puta madre y poder estar más o menos al margen de la ley. Viva los delincuentes.
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