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lunes, 11 de julio de 2011
Odiar la playa es fácil
Pues como cada año, tengo que sufrir la rutina semanal de ir a la playa con mi mujer, adicta a estos lugares de los cuales soy poco amigo. Motivos no me faltan y por ello paso a redactar este artículo. Primero me gustaría destacar las pocas cosas interesantes que hay en la playa, y cabe destacar como única cosa positiva las mujeres, se pueden encontrar bellas señoritas con cuerpos esculturales que es de lo poco interesante que encuentro. Ahora vamos a las cosas negativas, primero de todo la masificación, es horrible tener que buscar un hueco para aposentarte a torrarte al sol. Los precios de las bebidas y aperitivos de la zona los cuales se multiplican por mucho. Las sombrillas, creo que se debería de hacer un reglamento o manual de como manipular estos objetos, creo que es injusto que las señoras (en mayor parte), madruguen para coger sitio en primera fila y planten sus inmensas sombrillas, que hacen que a un par de metros a la redonda no se pueda poner nada porque es territorio privado, y lo que hace que los bañistas tengan que hacer una especia de laberinto para conseguir llegar al agua, creo que si llevas sombrilla sería justo que te pusieras en la parte trasera de la playa, donde no molestes a las personas que quieren tomar un baño y las cuales acaban pasando muy cerca de las toallas de otras personas ocasionando molestias como llenarte la toalla de arena, cosa bastante desagradable y mosqueante. Otro manual o reglamento se debería de hacer para aquellas personas que quieren jugar con las dichosas palas, creo que es bonito, entretenido y deportivo el hecho de jugar a las palas, pero el lugar creo que no es el más apropiado puesto que se ponen a jugar en la orilla, con lo que supone que aquellas personas que están en primeras filas, tienen que quitar el chip de mente relajada para tener un ojo en esas dichosas personas porque es más que probable que recibas un balonazo y según la pelotita duele y bastante, así que creo que no es justo que porque dos personas quieran jugar con la pelotita, muchos otros tengan que estar atentos como si fuera una final de Wimbledon, y mucho peor cuando te tocan los típicos maromos que se ponen a cinco o seis metros de distancia, eso ya es no quites el ojo de encima porque te rompen la cara con la puta pelotita. El siguiente punto es el punto estrella, la suciedad. Como puede ser que la gente se lleve el desayuno, merienda y cena a la playa, junto a sus bebidas correspondientes. Vale que lleves comidas para ir tirando, pero no hace falta llevarse un menú degustación y mucho menos descuidarlo y que el aire se lleve bolsas y papeles dejando la playa guarra, en este mismo punto también incluyo a los fumadores, los cuales dejan las colillas incrustadas en la arena, o los civilizados que llevan el cono pero que la ceniza acaba aterrizando en la vecina de al lado. En este mismo punto me gustaría destacar el tema de las estadísticas, si nos bañamos en un sitio donde de cada diez bañistas 2 o 3 se mean, tenemos que un treinta por ciento del agua de mar es meado de personas, de lo cual deduzco que es una auténtica guarrada bañarse allí, y si imaginamos que estamos con nuestra pareja dándonos el lote, mas asqueroso todavía porque estamos intercambiando fluidos mezclados con pipi ajeno. Por no decir aquellos que se dedican a actos sexuales, tenemos algunos números de llevarnos al cuerpo sustancias viscosas ajenas lo cual aún es más asqueroso. Y por último el sol, clínicamente probado que es perjudicial para la piel, puede provocar cáncer de piel, envejecimiento de la misma y hace sudar muchísimo. Entonces, una vez expuesto todos estos puntos y teniendo en cuenta que he sido extremadamente extremista y que no soy tan tiquismiquis ni mucho menos, realmente es recomendable la playa. Pues mis conclusiones son claras, si tienes la suerte como yo de poder haber ido a lugar como Menorca o Ibiza, pues la respuesta es que sí, porque el nivel tanto de personas como de calidad de las playas es muy elevado (es decir son muy limpias en su mayoría), pero si tienes la desgracia de tener que ir a Barcelona o alrededores como es mi caso, seguramente tengas que lidiar con alguno de los puntos expuestos anteriormente y si no eres un adicto como mi mujer, pues seguramente acabes el día asqueado de aguantar a domingueros gritones y de ver todo tipo de porquería.
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