La inmoralidad del periodismo moderno

Poco ha quedado de aquella época dorada del periodismo de manos de ilustres como Iñaki Gabilondo, Matías Prats, Luis del Olmo, Carlos Herrera, Lorenzo Milà, y muchos más que en su día marcaron una época en la cual la palabra de un periodista valía su peso en oro. A día de hoy poco queda de todo eso y día a día se encargan de recordarnos que lo primero es conseguir audiencia de la manera que sea, con buen o mal periodismo, poco importa el cuidado de la noticia, la manera de exponerla, lo importante es enganchar al espectador y eso hace que hoy en día, muchos telediarios empiecen sus programas con absurdeces tales como la separación de un famoso, y cosas similares como la que me ocupa en este artículo. Resulta que se le está dando mucho bombo a un delincuente llamado Julián Muñoz. Este absurdo ladrón, estafador y caradura personaje del colorín, se ha reído de toda España, por lo cual ya ha empezado a pagar con más de dos años entre rejas, ha encontrado al periodismo su mayor aliado. Parece mentira como ahora las cadenas y revistas que poseen grandes presupuestos, están dando de comer a este caradura ofreciéndoles programas y exclusivas a un personaje que se ha declarado insolvente para evitar que le quiten lo “poco” que tiene, y que está consiguiendo muchos millones gracias a estas exclusivas que son pagadas mediante intermediarios llamados albaceas, y que gestionan el dinero que gana el delincuente y que hace exclusivas como la de Interviú con un posado robado en pelotas en un yate, que para más colmo venderá como la espuma. Entiendo que las sanguijuelas periodísticas no tengan personalidad y ayuden a un hombre que los ha puesto de vuelta y media, pero me resulta patético que los ciudadanos de España, ayuden a que este personaje asqueroso siga ganando un dinero que no se merece. No me gustaría olvidarme de la justicia española, que está permitiendo que todo esto ocurra, porque una vez que ya lo has metido en la cárcel, que menos que seguir con todas las causas que tiene pendientes, que son más de cien y no darle ahora una libertad que no se merece. Espero que este delincuente muera entre rejas, entre otras cosas porque toda esa gran salud de la cual alardea ahora, se convierte en un personaje moribundo cada vez que pisa la cárcel, y creo que es otra de las cosas que hacen de este personaje una persona asquerosa y vomitiva. Si me lo encontrara ahora le diría una frase que le hizo muy popular su antigua compañera de delitos (Isabel Pantoja) “dientes dientes… gran estafador de mierda”