Las viviendas, sanguijuelas y dolores de cabeza.

Me parecen totalmente lamentables las dificultades que se ponen hoy en día para conseguir préstamos, hipotecas, créditos,… Hace cuatro o cinco años, (fechas por las que me compré mi vivienda), no ponían prácticamente ningún tipo de condiciones para dar una hipoteca, crédito o préstamo. Ahora los mismos responsables de la inmensa crisis por la que pasamos, son los que niegan hipotecas y créditos sin pensarlo ni un segundo, me he encontrado casos en los que los ingresos medios de la pareja superan los cinco mil euros mensuales (sueldos más que buenos), y a la hora de ir a pedir un crédito se han encontrado que no se lo conceden pese a los salarios elevados y estar más que indefinidos en las empresas respectivas. Pues muchos de los que en mi generación compramos viviendas, nos encontramos con la sorpresa de tener que convivir con una serie de “problemas”, LOS VECINOS. Es lamentable saber que tu hipoteca acapara la mayor parte del dinero que entra en casa, y encima tienes que vivir en tu vivienda echa a tu medida con problemas de ruidos molestos de vecinos. Cuando no es el de arriba con una fiesta, es el de al lado con obras, o el del quinto que también llega la onda, o el de los bajos, las obras son el dolor de cabeza interminable. Porque tenemos que sufrir continuamente las obras de unos o de otros. Entiendo que cada uno quiera modificar o decorar sus viviendas a su gusto, pero no entiendo porque eso tiene que significar dejar de descansar o disfrutar de tu casa puesto que el 70 por ciento del año tienes que estar sufriendo estas reformas. Porque no se eligen dos meses para realizar estas obras. Y suerte que no tengo hijos, porque si no sería desesperante tener que convivir con estas obras interminables y compaginarlo con el descanso y disfrute de un hijo. Hasta cuándo tendremos que sufrirlo, pido enérgicamente que alguien mueva los hilos necesarios para evitar esta sangría acústica, y se pongan unas fechas para realizar estas obras.