Claro ejemplo de lo mal que estamos.

Parece mentira que con la que está cayendo con la crisis, el tema principal del día sea la abolición de las corridas de toros. Me parece indignante que en vez de buscar soluciones a la crisis se esté contemplando el tema de los toros. Es evidente que la sociedad evoluciona y que los toros deben quedar en el pasado, es una salvajada asesinar de manera indiscriminada a un pobre animal, y encima cortarle las orejas y el rabo, solo les queda mearse encima para marcar territorio. Mientras en Catalunya se está intentando acabar con la “fiesta”, la iluminada Esperanza Aguirre lo quiere hacer patrimonio cultural, y no sé porque se me ha venido la imagen de la iluminada con banderillas y dándole la puntilla, eso sí que sería una fiesta nacional. Me produce repugnancia aquellos taurinos que usan el ejemplo de los conejos y cerdos que nos comemos y que por eso no nos quejamos, evidentemente no nos quejamos primero de todo porque son alimentos, y porque no los ponemos en medio de una plaza delante de treinta mil personas que han pagado lo indecente para ver como torturan a un animal. Son patéticos con sus estudios de que el animal no sufre y mil paridas más, como no va a sufrir un animal que es atravesado de lado a lado con una espada. Solo por los segundos que pasa el animal agonizando cuando es atravesado es motivo más que suficiente para evitarlo. No somos gladiadores en el Coliseo, somos personas que intentan ser racionales y mejores personas, y evidentemente aplaudiendo la muerte salvaje de un pobre animal no es el mejor ejemplo. Lo triste es que se están aferrando a una muerte anunciada, la sociedad cada día está más en contra de los toros, es una cosa anticuada, algo que no está de moda y aquellos que se aferran a un supuesto arte están muy equivocados y saben perfectamente que es una guerra que tienen perdida. Esperemos que cuando Catalunya consiga la prohibición, consiga arrastrar al resto del territorio español.