La finalidad del blog es que puedan pasar un buen rato, ofreciendo contenidos de actualidad, dando un punto de vista sincero y diferente a lo habitual.
jueves, 4 de febrero de 2010
Un millón de cicatrices.
Que grandes temas nos dejan mi grupo favorito “El canto del loco” que reflejan exactamente mi momento emocional, el tema “Un millón de cicatrices” (lo podéis escuchar abriendo un enlace en ventana nueva sobre el titulo) es una clara muestra. Tras un año y dos meses he conseguido quitarme la espina que me ataba con mi pasado, una espina que muchas veces me hacían sentir mal, no conciliar bien el sueño, sentir que alguna cosa quedaba por resolver, y esa cosa hoy coincidencias de la vida el día de mi cumpleaños me ha “llamado a la puerta”. Es duro irte de un sitio sabiendo que lo has dado todo y que te han recompensado con una patada en el culo, es duro escuchar motivos estúpidos como argumento de un despido para poder dormir tranquilos, el trabajo es muy injusto en muchos momentos, yo he sido el que ha recibido unas justificaciones totalmente equivocadas, yo he aceptado que esas personas puedan dormir pensando que han hecho lo correcto mientras cada día se siguen despertando con una venda en los ojos, pero hoy he acabado de cumplir mi penitencia y por fin mañana me levantaré de la cama sabiendo que no tengo causas pendientes, me levantaré un poco más mayor pero muy contento por ser como soy, muy contento por seguir siendo un pobre desgraciado, pobre, con canas, pero con la moral muy alta de no aceptar un sistema que está corrupto y lleno de injusticias. Como volver al sitio donde lo has sido todo, donde te han valorado como tal, donde he crecido como trabajador ejemplar, y en un momento determinado te cruzas con un superior que decide que ya no eres de provecho y que hay que “eliminarte”. Como aceptar que hasta ese momento seas un trabajador ejemplar y que de un día para otro ya no lo seas, como estar motivado en un sitio donde sabes que tienes fecha de caducidad. Es tan injusta la vida de un trabajador, y las salidas tan pocas, o bien tragas y tiras para adelante, o bien sales por la puerta que toque pero con la cabeza alta. Yo elegí la segunda opción, y hoy 425 días después, la puerta que quedó mal cerrada por fin se ha cerrado.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario