La finalidad del blog es que puedan pasar un buen rato, ofreciendo contenidos de actualidad, dando un punto de vista sincero y diferente a lo habitual.
sábado, 27 de febrero de 2010
Dos razas, una miserable y otra impecable.
Parece mentira como me pueden dar tanto asco mis semejantes. Evidentemente no es plan de generalizar, pero creo que hay humanos que no deberían tener ese calificativo. Expongo lo sucedido, a falta de muchos matices, esta tarde he vivido por segunda vez en menos de cuatro meses un episodio muy desagradable con un perro de por medio. De camino a mi humilde morada, he tenido que frenar el coche porque un precioso dálmata vagaba sin rumbo por el medio de la calle. Dos coches anteriores al mío han pasado como si nada, pero yo no he podido actuar tan fríamente como esos dos paisanos y he detenido mi coche con el riesgo que conllevaba puesto que con migo iban mi mujer y mi perro. El dálmata estaba desorientado camino a un descampado, al llamarlo se ha venido corriendo sin pensarlo como si me conociera de toda la vida, al “chequearlo” me he dado cuenta que el perro era un cachorro y que no tenia maldad ninguna, y eso hacía que meterlo en el coche no suponía ningún peligro ni para mí ni para mi familia. Sin dudarlo lo he llevado al veterinario para que lo atendieran y gestionaran su destino. Por desgracia no tenia chip, y las conclusiones a las que hemos llegado son que el dueño habría vendido a la camada y ese no lo había conseguido colocarlo y mantenerlo debería ser un problema para él. Pues mi problema es rezar un par de noches para que una dura enfermedad termine lentamente con su vida (en el caso que haya sido un abandono) puesto que creo que una persona que hace eso no es persona ni es nada. Parece mentira como un “simple” perro es capaz de demostrar mas agradecimiento y cariño que cualquier persona y todo en menos de un minuto, puesto que no ha dudado en ver en mi a su salvador, y al abrirle la puerta no ha dudado ni un segundo en subir, pese al asombro de mi perro que se lo ha quedado mirando pensando “que hace este perro en mi coche”, pero bueno se han comportado. Espero que ese precioso dálmata, encuentre una familia que sea digno de tener un perro, puesto que el desgraciado que lo ha dejado tirado, ni es persona ni es nada, porque puedo llegar a entender que se negocie con animales, pero por no haber conseguido dinero por él, dejarlo tirado en una cuneta me parece muy rastrero.
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