“Patio maravillas”

Con la reciente noticia del desalojo del “patio maravillas” (una casa o finca ocupada por un grupo de personas con fines sociales) se abre de nuevo un debate. Hasta qué punto es normal que estas personas se quejen, pues evidentemente y aunque su finalidad no sea otra que la de un centro social, ese espacio ha estado ocupado de forma ilegal, y como en todos estos casos acaban abandonando el edificio por las buenas o por las malas. Respecto a la letra pequeña, podríamos decir que dadas las circunstancias, dado el revuelo público, dado que ese edificio pertenece a una inmobiliaria que desde hace años lo tenia abandonado por quiebra, se puede decir que el gobierno no ha sido hábil al apuntarse un buen tanto, pero por otro lado y dado como es el humano que se queja por todo, si se hace algún tipo de concesión se le hubiese acusado de favoritismo y tampoco puede ser. Sea de una manera o de otra, sería injusto en este tipo de casos en general acusar o increpar al propietario de la finca o piso, puesto que es suyo y si lo quiere tener cerrado pues felicidades para él, pero en este caso en concreto creo que hay soluciones más interesantes. Así que mi conclusión es que, si algo es mío nadie tiene derecho a ocuparlo sin mi permiso, y si alguien hace labores sociales deberían ser ayudados de alguna manera.