La finalidad del blog es que puedan pasar un buen rato, ofreciendo contenidos de actualidad, dando un punto de vista sincero y diferente a lo habitual.
lunes, 28 de diciembre de 2009
Absurdos platos de diseño.
No entiendo que pese a que el mundo se viene abajo, que la crisis ahoga a millones de personas y que las guerras son entrantes de telediarios, como hay personas que se gastan autenticas fortunas en acontecimientos gastronómicos. Entiendo que la gente pague más dinero de lo habitual por carnes que no se consiguen fácilmente, por vinos que son fuera de lo habitual, en muchos ingredientes que pueden hacer de un plato mejor de lo habitual, pero lo que nunca entenderé es la dichosa moda impuesta por cocineros como Ferran Adrià, podría llegar a admirar sus obras, entiendo que son platos muy elaborados, pero nunca entenderé que te cobren una fortuna por comer un plato que es cuatro veces más grande de lo habitual con una pequeña mancha llamada comida. Entiendo que son ingredientes de calidad superior, que la elaboración es fuera de lo normal, pero que te cobren una fortuna por un “aperitivo” si llega porque a veces no llega ni a aperitivo me parece una moda estúpida. Podría comprender que la gente caprichosa, sobrada de dinero, pijos o directamente estúpidos, tengan la necesidad de gastar por gastar o sencillamente gastar para vacilar luego a sus colegas o compañeros con haber sido uno de los privilegiados en probar un plato de Ferran Adrià por ejemplo, pero desde mi punto de vista es un simple estúpido que ha pagado una fortuna por comer un aperitivo que le habrá dejado seguramente con hambre y con bastante menos dinero que antes, y lo más triste es que muchos de esos “privilegiados” seguramente no saben ni entienden lo que están comiendo, y seguramente les han puesto un vino que no sabrán distinguir si es un gran vino o un vino peleón. En el mundo tiene que haber de todo, pero creo que si diferenciamos a una persona que ha comido en el Bulli y uno que ha comido en el KFC, seguro que el del KFC se ha ido mucho mas lleno y con gasto mínimo en comparación al del Bulli que habrá salido con hambre y le durará la experiencia una o dos semanas, y camuflará la clavada que le han pegado por comer unos aperitivos.
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